21/5/07

Un hombre marca




Domingo. Una playa llena de gente variopinta. En una de mis miradas hacia el horizonte, me encontré con una espalda. Un tatoo era capaz de captar toda la atención de la muchedumbre. En un microsegundo, se convirtió en parte de la conversación. Después, desapareció.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente esperpético. Espero que al menos el tatuaje le saliera gratis...